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Usen y abusen, reusen

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La icónica frase presidencial siempre la tomé como un lapsus, no podemos pedir peras al olmo, más me sorprendería una idea coherente viniendo de un hombre cuya formación política se basa en el empresarialismo y no en el activismo social; yo misma suelo usar esa frase refiriéndome a materiales de lectura o similares y también tengo lapsus imperdonables (como confundir Welles con Orwell).

El Uso y Abuso en verdad parecerían estar tomando cuenta del pedazo (del portugués “tomando conta do pedaço”). Diariamente se usan y abusan de las normas de tránsito, existen conductores prepotentes que no respetan los puntos peatonales, que no respetan los semáforos y que por no poder frenarse ese compulsivo acto de mirar y responder un mensajito del WA terminan ocasionando accidentes hasta fatales. También están los que usan y abusan del momento trágico y juegan a alimentar el morbo de toda una población psicológicamente enferma enviándose imágenes “Gore” de cadáveres mutilados, de padres violando a sus hijas, de madres maltratando a sus niños; mandan esas fotos pero no mandan las fotos de los jueces y fiscales que tienen la potestad de impartir Justicia y no lo hacen porque usan y abusan de su poder judicial para otros fines. Ese padre violador, esa madre golpeadora, ese imprudente del tránsito sigue usando y abusando de la sociedad, de vos, de mí.

Otra perla más que se suma al uso y abuso es el de nuestros queridos legisladores, mientras que, por ejemplo, en la Facultad de Filosofía se organizan hamburgueseadas para la compra de papel higiénico e insumos de limpieza, o se imparten clases bajo la candorosa luz de la noche (nosotros pues somos búhos y nuestra visión nocturna es envidiable), estos señores no se conforman con sus abusados salarios y dictaminan que también el pueblo debe darles de comer y bancarles el tereré. Por día estos señores gastaran 9 millones de guaraníes (casi 5000 reales) sólo en minutas, eso, fuera de sus jugosos salarios, sus vales de combustible y sus seguros privados porque ellos no pueden acudir a un centro asistencial público, su embestidura no les permite. Y el ejemplo que doy es hasta ínfimo comparando con toooooodas (el énfasis en la “o” amerita porque son muchas) las carencias que padece actualmente el país.

Pido disculpas por usar y abusar de las palabras “uso y abuso”, y que conste que no es el tema de la semana, pero basta con sólo caminar un poco por las calles, intentar comprar huevos y harina de maíz para la chipa de Semana Santa o andar en la bendita línea 5 para sentirse usada y abusada.

 


 

 



Patricia Silva Casco es Comunicadora. Hace un poco de radio (www.1035.fm) y colabora con www.agendarte.net. Nacida en Asunción del Paraguay pero malcriada en la fronteriza Ciudad del Este.

 

 

 

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