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Hecha la Ley, hecha la trampa

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Increíble, no? Algunos sucesos pueden darse fugazmente, como los accidentes, como este Juicio Político; en cambio, otros sobreviven generaciones y aunque existan reclamos, oraciones, acciones, nunca son suficientes para erradicarlos. La semana paraguaya se vio turbulenta, ya habían nubes de tormenta rondando el cielo parlamentario, pero los vientos al parecer salen del aliento del que tiene poder en el momento, y en este (y todos los momentos) el poder radica en el Parlamento, “par-a-lamento” de muchos.

Cierto es que Lugo no fue un buen Presidente, cierto es que fue muy tibio, muy silencioso, y que todos los pecados le engrosan la lista aplastando la imagen que le habíamos atribuido esperanzados aquel Abril del 2008. Un hombre que apareció para esperanza de muchos, hasta colorados lo votaron, la debacle que vivíamos en aquel momento era inaguantable, queríamos buscar un agujero para respirar e intentar comenzar todo de nuevo. Pero pronto la burbuja lentamente fue desvaneciéndose. Si tuviéramos que hacer una comparación, la mejoría del país no fue sólo una suerte de alineación de astros ni de cambio de colores en el Ejecutivo, fue la idea de que no se necesitaban “correlís” para poder prosperar, bastaba hacer bien nuestro trabajo como ciudadanos y esperar que el Estado cumpla su parte.

De todos los Presidentes que viví en este proceso de transición democrática, éste fue el que repartió la torta a todos, no me atrevo a decir “por igual”, pero al menos alcanzo para aquellos que ni de casualidad podrían aspirar en gobiernos anteriores, y cuando me refiero a la porción de torta de aquellos “simples mortales” hago alusión a un sistema de salud y educación accesibles. Me va a costar borrar la imagen de una senhora a la que le preguntaron por qué se manifestaba ese viernes 23 de junio frente al Congreso, ella entre lágrimas respondía que se manifestaba porque sabía que si este Presidente era derrocado, su hijo ya no tendría un cuaderno y un vaso de leche en la escuela. “Un cuaderno y un vaso de leche”, por eso llora la gente, porque antes ni eso eran capaz de proporcionar los gobiernos de turno. Los ciudadanos menos favorecidos, bien gracias, importan sólo en época de elecciones.

Fernando Lugo ya se fue, aceptó el juicio a sabiendas que lo tenía perdido, se jugó, y como dice Benjamín Fernández Bogado, su suerte no le acompanho está vez. No deberíamos protestar por su restitución, ya que él mismo acepto la sentencia. Es una lástima que se gasten energías protestando para que vuelva como Presidente, más bien deberíamos utilizarlas pronunciándonos en contra de las “listas sábanas”, de hacer memoria y no perdonar a esos inexpugnables Senarratas y Dipuchorros que nos juegan en las tablas como piezas sin importancia. Bien se sabe que en la tabla hasta el peón puede jaquear al Rey.

No manipulemos ni nos dejemos manipular, no incitemos a la violencia que no es propia de los paraguayos, no permitamos que se nos tilde de lo que no somos, porque no somos ni apáticos ni violentos, no dejemos que nos metan en la misma bolsa de aquellos que sólo se desvelan por sus intereses particulares pero a su compatriota lo deja morir en cualquier pasillo de hospital.

Por una vez seamos nosotros los hacedores de está historia, donde ya somos los protagonistas al no dejar que nos manipulen; saquemos de escena a los corruptos y consigamos que por fin nuestra tierra se convierta al menos en un esbozo de “La Tierra sin Mal”.
 


 

 



Patricia Silva Casco es Comunicadora. Hace un poco de radio (www.1035.fm) y colabora con www.agendarte.net. Nacida en Asunción del Paraguay pero malcriada en la fronteriza Ciudad del Este.

 

 

 

 

 

 

 

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