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Año nuevo y nuevos rumbos

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Generalmente cuando iniciamos el año, iniciamos con resoluciones para un nuevo rumbo, el slogan gubernamental se presta a la frase. Descartamos lo que queremos cambiar por aquello que necesitamos o nos va a hacer mejor. Hay más esperanzas, todo comienzo trae eso, principalmente esperanzas y búsqueda de mejorías. Qué pasa cuando ni bien comienza el año, recibís la noticia de que aumentan el precio del pasaje o de que te obligan a pagar un seguro vehicular elevado, sin importar si ya contás con uno privado, para reducir el costo médico por accidentes de tráfico, que en su mayoría están relacionados con imprudencias antes que accidentes mismos? Aumenta la indignación, y con ello, el descontento.

El 2013 no fue fácil, quedaron muchos cuestionamientos pendientes, y la ciudadanía ya no olvida fácilmente, este 2014 promete ser un año difícil de manipular para el Estado, el país ya no se queda de brazos cruzados. A pesar de todo ese descontento desayunado en el nuevo año, la mayoría de los paraguayos sigue buscando esa “tierra sin mal”, y ya sin esperar del gobierno, comienza a crear espacios y soluciones que podrían satisfacer las necesidades de su comunidad. Grupos ciudadanos como “Ciudades sustentables” involucran a todos aquellos interesados en plantear ideas para mejorar el entorno. El emprendurismo avanza no sólo para beneficio individual, sino para el social, y sólo existe una barrera que impide que ese avance se consolide, la burocracia estatal que todavía prefiere velar por los intereses personales de unos pocos antes que garantizar que el engranaje popular siga un curso favorable para moverse en beneficio a todos.

Mediante decisiones que favorecen a la ciudadanía, este año muchos paraguayos prefirieron hacer turismo interno antes que pasar las fiestas en el extranjero, beneficiando económicamente a esas ciudades que optaron por mejorarías atractivas para el turista. Por ejemplo Encarnación, que con su costanera, se volvió un atractivo ineludible del verano, ampliando la temporada veraniega de esa ciudad también fronteriza, a los 3 meses de esta estación estival y no sólo al carnaval. Por nuestra ciudad en cambio, que sigue empedernida con el turismo de compra, hasta que no renueve las prácticas, no renueve el rumbo, conseguirá cumplir el vaticinio de hace décadas, que condenaba a Ciudad del Este a desaparecer. Si no se incluyen las ciudades aledañas como Presidente Franco, Minga Guazú y Hernandarias, dejando de cumplir un papel de “dormitorio” para los trabajadores que alimentan el microcentro, pronto, o tal vez ahora mismo, que con las bajas compras y el movimiento considerablemente disminuido, las alternativas ilícitas se vuelven constantes, volviéndose una solución parche que sólo puede beneficiar a un núcleo familiar por un instante pero perjudica a todo la sociedad permanentemente.

Se preguntaban en la capital cómo el esteño es pasivo y no se manifiesta ante el precio del pasaje, donde oficialmente es de Gs 2.700, pero en realidad pagamos Gs 3.000, y la respuesta talvez está en que esa masa popular que debe manifestarse está tan preocupada con no perder su trabajo porque no cuenta con ninguna garantía legal o porque acá, más de uno tiene un pariente que cuenta con un transporte privado o un taxista, siendo estos dos sectores los beneficiados por la precariedad del transporte público de la ciudad. Me decía una señora de 50 años en el ómnibus que a ella no le queda más remedio que aceptar la estafa ya que no puede salir a manifestarse cuando apenas le dan tiempo en su trabajo de doméstica para ir al médico. Quien apenas puede, se compra una moto o un vehículo, y olvida eternamente la odisea de andar en ómnibus, hay gente que incluso no tiene idea de cuánto está el pasaje.

La sensación es que estamos lejos de manifestarnos, de que estamos en un estado de letargia, alimentando a un mon”Z”truo que no hace más que perjudicar a toda la ciudad con viejas prácticas antes que abrir paso a la gente que realmente busca vivir en una comunidad más habitable, o al menos movilizarse en un transporte público decente.

 


 

 



Patricia Silva Casco es Comunicadora. Hace un poco de radio (www.1035.fm) y colabora con www.agendarte.net. Nacida en Asunción del Paraguay pero malcriada en la fronteriza Ciudad del Este.

 

 

 

 

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